Julián Martínez Gómez (La Habana, 1985). Actor y escritor. Estudió artes escénicas en la Escuela Nacional de Arte de La Habana, Cuba. Ha trabajado en teatro, cine y televisión. En 2011 publicó Erótica de los nohombres, bajo el cuidado de Araña editorial, con prólogo de María Castrejón e ilustraciones de Alexis Álvarez Armas. Colaboró como productor y director en el corto documental Un café por un sueño, La Habana 2012. En enero de 2013 se le otorgó el Segundo accésit del II Premio de poesía experimental Francisco Pino, convocado por la Fundación Jorge Guillén y el Centro Francisco Pino de Poesía Experimental. En marzo de 2015 publica Conga triste de La Habana junto a la obra gráfica de David Redondo Bomati y los prólogos de Norge Espinosa y María Castrejón. En mayo publica su cuento Hay un susto en las cosas dentro de la antología de autores y autoras cubanos de temática LGTBI Mañana hablarán de nosotros bajo el sello de la Editorial Dos Bigotes. En mayo de 2016 publica su poemario bilingüe al francés "Perro negro / Chien noir" (prólogo de Alberto Lauro y tadrucción a cargo de Vincent Zonca) en la editorial madrileña Huerga & Fierro. En marzo de 2017 publica su primera novela "El amante alemán", Editorial Dos Bigotes. Poemas y narraciones suyas han aparecido en publicaciones españolas y extranjeras.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Poética de la nohombría por Luis Enrique Valdés Duarte




“He tenido siempre la conciencia de dos cosas esenciales: la una, que lo que yo tengo que decir y contar, y puedo decir y contar, nadie más puede hacerlo; y la otra, que si eso se me concede hacerlo como debe hacerse y ahí está, el escalafón del prestigio o el puesto de presidencia en la mesa no tiene importancia, porque, como diría don Quijote, estará allí donde está ese logro.”
José Jiménez Lozano

Me ha llegado desde Madrid, en sobre cuidado, un ejemplar del libro Erótica de los Nohombres, primorosamente dedicado por su autor, mi querido amigo Julián Martínez. El tomo de relatos ha aparecido bajo el cuidado de Araña editorial, una casa que, al publicar a un autor tan joven hace una hermosa apuesta de futuro. Y como ocurría antaño y ahora mucho menos, me decido a responder su gesto “como corresponde” entre los hombres de las artes y las letras: con un comentario que sirva de agradecimiento o, en  lo adelante también, de compañía tierna a su primer libro y de acto de justicia al fin, para una obra que, en poco tiempo, ha recibido ya halagos bastante honestos.
El título me conduce sin remedio a las razones aristotélicas que me enloquecían de adolescente en torno a aquel tomazo impenetrable que conservaba mi padre: El Organon, y que yo no tomaba como proposiciones sino como verdades eternas que me llenaban de fe. Mi desconocimiento del mundo me entusiasmaba, los resultados de aquellas deducciones silogísticas me hicieron pensar alguna vez que, efectivamente: “todo hombre es pez…” o que, luego de darle las tres vueltas del silogismo, “algún hombre no es mortal” a lo que precedía un término que ahora se me aparece con toda su humanidad: “no hombre”. Y yo soñaba con lo mismo que aquel Enrique Chiquito de las narraciones preferidas de mi infancia, el único libro escrito por Enrique Vian Ruiz: bañarme un Viernes Santo, desacatando a Dios, para volverme pez y “nadar siempre en la playa”… o no morirme nunca… Y mi querido Julián, como quien no quiere las cosas, con un título… me ha devuelto aquellos pensamientos iniciales, tan inocentes, pero tan razonables en una lógica pueril que, para agradable sorpresa, también me devuelve. Aquellos años míos, en los que empezaba a asomar el erotismo en su expresión más concreta -¡qué cosas tiene la vida!- han regresado a mí en sobre madrileño y con dedicatoria adivina y anunciadora: “este viaje de papel”…
En la entrevista, clarividente y sagaz, que ofreció el autor hace apenas un par de días a la página Cáscara amarga, dice que “hay de todo” refiriéndose a los orígenes de estas historias y de estos personajes. José Jiménez Lozano, quien no por gusto –y ya lo veremos- encabeza estas líneas, siendo, como es, uno de los escritores que convierte lo que vive y lo que escucha en la mejor literatura de nuestra lengua, dice a este respecto lo que se le es dado a quien narra: “se le regala todo, y, en último término, sólo tiene que olvidarse de sí mismo, y ser fiel a los rostros que ve, a las voces que escucha, a las historias que en sus adentros se le cuentan.” Y no hace falta entonces poner en sus manos lo vivido… es tan propio… El libro de Julián lo ha estructurado su propia vida… sus dos geografías: la de aquí (Madrid) y la de allá (La Habana). Luego habrá prestado oído de tigre a la vida que se le pasa por delante y a esos raros seres que, según Pepe, susurran cosas a los que narran y no los dejan vivir hasta que un día se sientan y escriben. Algo de esto uno supone con fuerza desde la primera lectura: hay, en algunos de los relatos, un profundo tono autobiográfico y, cuando se refieren a seres amados, los estremece una emoción que uno también percibe. Lo demás, alguna vez lo habrá visto aquí o allá… o andaba perdido en el espíritu del mundo, dando vueltas, buscando a uno que tuviera la pluma en la mano. A todo esto agrega Pepe: “como advertía Martin du Gard, se entra en el oficio y cada día en el taller, como se entra en religión, porque hay que despedirse del propio "yo", y salir de la propia vida, para ser otros, y vivir la vida de estos otros: los personajes de las historias que se narran, y los sucesos que les ocurren.” Como bien ha dicho María Castrejón en su prólogo, Julián nos regala “las piezas de un puzle”, un juego idéntico al que nos invita la memoria que no sabe hacerlo ni organizarse de otro modo. En todo caso, puzle, caleidoscopio o telaraña tejida con destreza, este entramado tiene la misma intensidad y lo habitan las mismas inexplicables casualidades de la vida.
No corresponde que me detenga a describir las peripecias que en esta suerte de instantáneas reveladoras de toda una existencia hace Julián de cada ser. Eso sí, la elección de cada suceso puntual, la descripción justa y apretada de cada uno, constituye un fresco amplio de lo que ha vivido y, a veces también, de lo que queda por vivir o no se vivirá. Así, de María, la chica del pueblo que decide por prescripción médica irse a Madrid unos días y redescubre entrañables emociones ya perdidas; de Sergio, hetero a toda costa; de Íñigo, que deja a su novia saboreando un algodón de azúcar en pleno Retiro para ir a “cancanear” fugacísimamente con un chico en los baños públicos; del buen Severino, octogenario que se paga una compañía demasiado ingrata; de Lucía, la famosa aclamada que no es tal sino algo muy diferente; de Carlos y Estela, dos personas y una esencia, el uno más solo que la una y la otra muy requerida; de Fortunato, el emigrante gaditano que no supo olvidar; de Exilia, escritora, maestra del verso que se fue por el aire… sabremos sólo lo que una fotografía puede darnos, pero tomada desde el ángulo exacto que nos permite ver siempre mucho más. Del mismo modo que, al irnos a La Habana, de Lourdes, que emborracha a su marido Mongo todos los domingos para dejarse amar en la cocina por Lola, la vecina de al lado; de Ernesto, que decide ser esta noche una bolerista con barba; de Alexis, guajirito que se hizo pintor y sabe cómo enamorar a un taxista y cómo ilustrar magistralmente un libro; de Olivia, siempre danzando, muchacha pez; de Claudia, la mulata más divina de Cuba; de Jean Pierre, pobre cisne que no llega a volar porque le cortan las alas; de Víctor, que tiene que marchar, fusil al hombro, siendo un artista; de Joan y Alicia, que vencen muchas barreras para conseguir la llave de los todos los bares y de Octavio y Camila, vencedores de roles cómo les da la gana… también tendremos ese mundo disimulado por Julián para retarnos a ser los que completemos estas vidas. He aquí una de las claves para entender qué es un nohombre. Pero como esto ocurre en casi toda buena literatura, hay otras cuestiones muy concretas que determinan a estos seres. La primordial: el autor reivindica a cada uno, los salva aunque mueran, los hace libérrimos, por eso no son hombres hombres y el título se vuelve extraordinario a cada vuelta de página. Y porque, encima, siempre conoceremos lo íntimo, lo inconfesable… eso que asoma sólo tímidamente en todos los momentos de la vida. Cuando lo que nos cuenta es una muerte… esa muerte está también transida de erotismo, entre otras cosas porque morirse es un acto profundamente íntimo. Y, finalmente, deja que una visión como la de Dios, que puede hacerlo desde arriba, acomodando el tiempo y el espacio de los hombres, hace una instantánea aérea sobre las dos ciudades en sendos capítulos que cierran cada parte, titulados Sin nombre.
En la lógica que hemos anotado antes, cabría determinar que las cosas, inmortales habitantes del mundo de los hombres, si se les atribuye cierto grado de humanidad alcanzan la nohombría… El trastero en que se guardan, con su conciencia… con su conciencia inmortal, clausura al libro. Estupendo punto final para la enunciación de un mundo en el que lo que importa es vivir, consolarse, jugar y, aunque se estén borrando de él, como la tijera, en el último poema, salvarse.
Quien ha regido, con sus estupendas reflexiones en torno al acto de la escritura, estos criterios míos sobre el libro de Julián, dice también que “el oficio de narrador es, a la vez, muy ambicioso -porque no pretende nada menos que levantar vida con palabras-“. No debe haber bienestar mayor que el de conseguirlo. ¡Y qué bien lo ha hecho! Uno siente que estos seres palpitan. No sé si él lo sabe o si es consciente de que se ha inventado una manera de hacerlo. Tampoco sé yo si él cree necesario poseerla. Eso no importa cuando se tiene y ya. En todo caso, da igual que yo lo diga o que se le reconozca. Lo importante ya ha ocurrido. El maestro es rotundo en estos temas concretos:
“Ni precisa tampoco de reconocimientos de ningún tipo, excepto de uno solo: que un único lector, uno sólo, se sienta zarandeado en su inteligencia y en su corazón por una sola página de una historia que el escritor le ha contado, o un poema que le ha entregado, porque lo que está escrito escrito está, como el canto del ruiseñor o del cuco están cantados, los oiga alguien o no, y la rosa florece porque florece, en el verso de Angelus Silesius. Así que no sé verdaderamente si el narrador, como quien escribe poesía, necesita la conciencia de tener una poética.”
A mí me ha emocionado mucho. Lo demás… lo demás no tiene importancia.

Luis Enrique Valdés Duarte

viernes, 22 de junio de 2012

Artículo de Helen Hernández Hormilla publicado en la CORRESPONSALIA EN CUBA DE LA AGENCIA INTERNACIONAL SERVICIO DE NOTICIAS DE LA MUJER DE LATINOAMERICA Y EL CARIBE SEMlac sobre la intervención de mi amada María Marlene Castrejón y yo en la V Jornada contra la homofobia en la UNEAC.


http://www.redsemlac-cuba.net/Cultura/diversidad-sexual-poeticas-para-transgredir-el-genero.html

Presentan en la UNEAC textos homoeróticos cubanos y españoles


En el contexto de la V Jornada Cubana de Lucha contra la Homofobia, que tuvo como subsede la sala Martínez Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), fueron presentados tres volúmenes sobre homoerotismos de escritores cubanos e hispanos, publicados por Ediciones Unión y por casas editoras ibéricas, respectivamente.

Nosotras dos, antología de relatos cortos cuya temática central es el lesbianismo, estuvo a cargo de la reconocida editora cubana Dulce María Sotolongo, quien reunió en el libro narraciones escritas por escritores y escritoras del patio, sobre el tema en cuestión. 

En dicha antología, la primera en el Cuba a propósito de la relación sexoerótica entre mujeres, se recogieron cuentos de autores como Frank Padrón —su cuento “Nosotras dos“, da título al libro— y Laidi Fernández de Juan, presentes en la sesión y quienes compartieron con el público sus impresiones sobre el volumen y realizaron la lectura de sus textos incluidos en el volumen. 

Que me estoy muriendo de agua y Volveré más tarde de las doce, de la escritora e investigadora española María Castrejón, y Erótica de los no-hombres, del escritor cubano-español Julián Martínez, son genuinos exponentes de la no-poética queer en la lengua cervantina.

A través de sus respectivas obras literarias, tanto los relatos cortos de los autores caribeños como de los autores foráneos tratan —por todos los medios a su alcance— de que el lector asimile, interiorice e incorpore a su estilo de afrontamiento una serie de cambios mentales a favor del respeto a la libre orientación sexual y otras aristas relacionadas con esa polémica línea temática.

En ese contexto académico, establecieron un fluido intercambio con intelectuales, especialistas y artistas, entre otros, para debatir opiniones, coincidentes o no, con los puntos de vista por ellos/as sustentados.

Por lo tanto, no solo participaron en esa sesión de trabajo para entablar un diálogo sobre lo que escriben o para presentar ejemplares de sus libros, sino para interactuar con sus colegas de la mayor isla antillana, e involucrarse en un proceso de alimentación y retroalimentación, que fue provechoso y útil para todos/as.  

Una española que, desde su obra, habla desde la poética de los No-Hombres. Un habanero en Madrid, que propone —desde la capital de esa nación europea— ser reconocido como un No-hombre, o sea, como los personajes de sus estampas narrativas. ¿Cómo se ve a sí misma, desde esa perspectiva, María Castrejón? ¿Quién es Julián Martínez, ahora que vuelve a La Habana, a hablar desde esa condición?

Esas respuestas y muchas más encontrará el lector que se sumerja en las aguas apacibles o turbulentas de esos tres textos que tratan —con respeto y profesionalidad— el vigente tema de la diversidad sexual.

Jesús Dueñas Becerra, 14 de mayo de 2012
http://www.cubaliteraria.cu/articulo.php?idarticulo=14546&idseccion=30

En La Habana, contra la homofobia, la voz de los nohombres: un diálogo con María Castrejón y Julián Martínez



Por Norge Espinosa Mendoza.


Desde España, a esta nueva edición de la 5ta Jornada Cubana contra la Homofobia, llegarán el escritor cubano Julián Martínez y la poeta e investigadora en la temática queer María Castrejón. En la sede de la UNEAC, como parte de estas actividades, tendrán un encuentro con el público cubano el venidero día 10 de mayo.
La celebración en La Habana, desde el año 2008, de un conjunto de acciones alrededor del Día Mundial de Lucha contra La Homofobia, es ya un hecho esperado, comentado y polémico. Desde el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), emana esta propuesta que ha encontrado un eco de gran diversidad en otras entidades e instituciones del país, y que ya alcanza a otras provincias para que el estremecimiento no se quede únicamente en la capital. Este suceso atrae además la curiosidad y el anhelo de estar en él a muchos, incluidos visitantes que, desde otros países, se asoman a la manera en la cual, en Cuba, se propone una agenda de cambios en pro del respeto a la libre orientación sexual y otras aristas relacionadas a este asunto. Desde España, a esta nueva edición de la jornada, llegarán el escritor cubano Julián Martínez y la poeta e investigadora en la temática queer María Castrejón. En la sede de la UNEAC, como parte de estas actividades, tendrán un encuentro con el público cubano el venidero día 10, en el apretado programa que ahí, desde horas de la mañana, permitirá a artistas, intelectuales, especialistas…, compartir opiniones, obras, y títulos. No solo estarán ahí para el diálogo sobre lo que escribe, o para presentar ejemplares de sus cuadernos, sino para interactuar con sus colegas de la Isla, en un intercambio que será provechoso para todos. Como adelanto de este encuentro, van estas preguntas y respuestas que tienen, como principal objetivo, cómo no, presentarlos e ir “calentando la pista”.
Una española que desde sus escritos, habla desde la poética de los No-Hombres. Un habanero en Madrid que propone, desde allí, ser reconocido, como los personajes de sus estampas narrativas, también como un Nohombre. ¿Cómo se ve a sí misma, desde esa perspectiva, María Castrejón? ¿Quién es Julián Martínez, ahora que vuelve a la Habana, a hablar desde esa condición?
MC: Yo creo en los Nohombres. Yo soy ahora más que nunca, un nohombre. Soy cubana, madrileña, triste, rota, amante, y voladora.
JM: Ser un Nohombre parte de un sentimiento que siempre ha estado ahí, desde mi infancia. A medida que vas creciendo se hace más fuerte esa necesidad de liberación de las cosas aprendidas y heredadas a la fuerza, por que sí, repeticiones oscuras bajo la bandera de las buenas costumbres, la moral, los roles de género ó el patriarcado. Y uno dice, sin poder evitarlo: ¡NO! Es en este momento exacto dónde comienza el viaje y uno se convierte en timonel.
Julián, en tus relatos, los recogidos en el volumen que se presentará en La Habana, son una galería de personajes de acá y de allá en los que lo sexual, pero sobre todo la condición humana, nos deja saber lo más importante de sus vidas. ¿En qué medida te interesa presentar a tus personajes desde esa perspectiva, como un testigo que narra para dejarse ver a través de esos rostros tan diversos?
JM: Todos y cada uno de los personajes, los de aquí (Madrid) y los de allá (La Habana) forman parte de mi viaje. Salió el primer relato a modo de instantánea, bajo la perspectiva de ese sentimiento que me ha acompañado siempre. Ellos, puestos por mí en ese punto de partida, donde lo primordial es salirse, escapar, jugar, romperse, desgarrarse, liberarse. Y así fueron naciendo, reinventados, uno detrás de otro. Había también una necesidad de reconciliar estos dos espacios, de romper fronteras, a través del acto de la escritura.
María Castrejón y tú han decidido presentarse en La Habana, durante las actividades que en la UNEAC en saludo al día mundial de lucha contra la homofobia, como exponentes “de la no poética queer en habla hispana”. ¿Pueden adelantar algo de lo que, junto a sus libros, introducirán en el espacio que se les ha reservado en dicha programación?
MC: Nuestros libros son una excusa y/o un ejemplo para mostrar cómo el género pierde sus límites y se deja atravesar por diferentes ejes tanto formales como conceptuales. El espacio del que parten nuestras no-poéticas es lo queer, o cuir, un lugar en el que lxs individuxs se reconfiguran al tiempo que lo hace el lenguaje literario. Así pues, tras un breve recorrido por las expresiones queer en España, leeremos algunos fragmentos de nuestros propios textos y mostraremos algunos más que llevaremos con el fin de acercar las publicaciones españolas al público cubano.
Llegar a La Habana para fundirse con los acontecimientos que rondan al Día Mundial de Lucha contra La Homofobia debe ser, para ustedes, una expectativa enorme. ¿Qué esperan encontrar y conocer aquí; que esperan divulgar entre nosotros de las acciones que ustedes, en España, hacen por la misma causa?
MC: Para mí, en concreto, esta es una oportunidad de comparar el panorama de los estudios de género a los que yo me dedico con pasión en España. Intento no medir el tamaño de las expectativas y abrirme por completo a la experiencia para que el feedback tenga lugar de manera libre. Espero volverme cargada de nuevas líneas de investigación y de energía para continuar con este trabajo teniendo en cuenta otras coordenadas socioculturales que, sin duda, harán más rico el proceso tanto en La Habana como en Madrid.
JM: Para mí, es una puerta, un espacio que se le abre al libro. En Madrid ya ha tenido su periplo presentándolo en varias librerías y participando dentro del Festival Internacional de Cultura LGTB “VISIBLES”. Partiendo del hecho que en las historias que cuento intento tocar todos los estratos sociales, edades, géneros y tendencias sexuales y los escenarios elegidos por mí para contarlas han sido Madrid y La Habana, tener la oportunidad de presentarlo en la isla y dentro de las Jornadas es un sueño hecho realidad.
Con María y Julián estaremos pues, en una Habana que se sueña más diversa. Que ellos aporten energía a ese anhelo, es cosa que seguramente no faltará.

http://www.cenesexualidad.sld.cu/en-la-habana-contra-la-homofobia-la-voz-de-los-nohombres-un-dialogo-con-maria-castrejon-y-julian-mar

sábado, 21 de enero de 2012

Reseña de Jose Luis Serrano sobre "Erótica de los nohombres" en www.dosmanzanas.com

La primera vez que oí algo sobre Erótica de los nohombres (Araña Editorial), de Julián Martínez, fue en boca de su propio autor, este verano pasado: un cuento, pura poesía en prosa, llamado María. Una mujer llegaba a Madrid a pasar un fin de semana sola, alejada de su vida cotidiana, en un hostal de la calle Hortaleza. Finalmente, se arregla, sale a la calle y entra en un bar en el que una Violeta “le susurra algo en uno de sus pétalos“. Me quedé con el final, tan bello: “y un pez de antaño le vuelve a aletear en el vientre“.

Ahora he devorado el libro entero, porque Julián Martínez (La Habana, 1985), además de actor, autor, guionista y director de cine es un escritor espléndido. Un libro que viaja de Madrid a La Habana y vuelta a empezar, lleno de personajes e historias fascinantes: Sergio, que se repite “soy hetero, soy hetero” como un mantra, Severino, que cumple 80 años y aun busca al hombre de su muerte, o Iñigo, que deja 45 segundos a su novia Lola para bajar a los urinarios del Retiro. Pero además hay una pequeña obra maestra: Lucía, uno de esos cuentos que uno mataría por escribir.

Martínez recibe y aprovecha una herencia fantástica: ArenasPiñera,Lezama Lima y tantos y tantos magníficos escritores de la isla. Cada uno de los personajes, cada una de las historias, está acompañada por una ilustración (bellísima también) de Alexis Álvarez Armas. El propio autor me contó que se adaptaron casualmente a sus relatos. Pero es que hay mucha magia en este libro y quizá esa historia, sea la menos sorprendente. Esperamos mucho más de Julián Martínez, ¡y que sea pronto!