Los No-hombres son los chicos que lloran y las mujeres que vuelan. Los No-hombres son piezas de un puzzle que nunca encaja a la perfección y que por eso nos enganchan. Los No-hombres conviven en el mismo espacio-tiempo que los «hombres de verdad», pero se encargan de violar sus fronteras. Julián Martínez es un No-hombre que me viola con sus palabras y con su cuerpo, y me viola bien, como todos deberíamos ser violados por lo menos una vez en la vida. Después de leer este collage de individuxs que luchan y ganan cuando se rompen, nos convertimos todxs un poco menos en lo que éramos antes. Nos movemos. Nos corremos dentro de este mundo (No-mundo) estático que nos venden con fronteras incluidas si no estamos dispuestos a pagar el precio. Este No-libro de cuentos descolocará a los No-lectores, los partirá en dos mundos —Madrid y La Habana— simbólicos y reales que se nos muestran bajo la perspectiva de alguien que crece acompañado de los personajes de sus cuentos, que los re-cuerda y los re-inventa, «El que no inventa no vive», como dice Ana María Matute. Crece Julián Martínez todxs los días cuando vive porque re-significa lo que ve y lo que siente, y cree en las historias de hadas que limpian en los hoteles, con maletas recién hechas, con barba de dos días… Los No-hombres son hadas de las que tenemos que dar fe para que no desparezcan, para que no sean exterminadas. Tenemos que agitarnos y hacer ruido y gritar que creemos en ellas, como hace este escritor novel sin estridencias. Yo creo en los No-hombres, YO soy, ahora más que nunca, un No-hombre. Soy madrileña, cubana, triste, rota, amante y voladora. Este No-libro y su No-autor me han hecho un poquito más libre.
María Castrejón
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A punto C/Pelayo 60, Madrid.
